Uno de mis gatos favoritos de todos los tiempos. Nació con mil millones de mutaciones genéticas; casi no tenía mandíbula, no tenía dientes y la lengua le colgaba siempre como una loncha de jamón york. La naturaleza lo hizo friki pero le dió poderes de control y dominación mental sobre la humanidad con sus tullideces. ¡Vais a ser mis esclavos humanos, haréis todo lo que se me antoje!
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