Eduardo Benavente fue uno de los músicos más oscuritos y geniales de la movida ochentera española. Fue cantante de Parálisis Permanente y batería de Alaska y los Pegamoides hasta su fatídica muerte en un accidente a la vuelta de un concierto; tenía solo veintiún años. A veces me da por pensar en lo pureta que estaría ahora el chaval, hecho todo un señor... ¡Pero qué señor! ¿Qué es eso de tener 20 años y arrasar tanto? Eso ya no pasa. Bueno, con los malabaristas chinos del Circo del sol sí que pasa pero son unos horteras. Eduardo Benavente tenía muchísima más clase o, por lo menos, eso parecía en los discos. A lo mejor resulta que realmente era un gañán que andaba por casa en chándal todo el día comiendo albóndigas de lata frías, pero lo dudo.
Este caballero ha sido uno de los grandes de este país.Tenía unos huevos como dos templos y encima era bueno,bueno de verdad.
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